Laboral

SATSE Girona: “Estamos viviendo un infierno en las urgencias del Hospital de Palamós”

La falta de plantilla y las instalaciones insuficientes provocan una “saturación crónica” del centro, que se agravia durante el verano por el cierre de camas y el aumento de la población.
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Este mes de agosto, el Sindicato de Enfermería SATSE Girona, denuncia que la saturación de urgencias en el Hospital de Palamós es “extrema”. La falta de una plantilla suficiente y de espacio adecuado provocan que enfermeras y enfermeros del centro trabajen bajo presión máxima durante todo el año. En verano se suma el cierre de camas y el aumento de la población, circunstancias que han convertido el día a día a urgencias en “un auténtico infierno” por usuarios y profesionales.

Las delegadas de SATSE alertan que los pacientes clasificados a los niveles 4 y 5, con patologías más leves, acumulan esperas de 8 a 10 horas. Paralelamente, los enfermos más graves (niveles 1 a 3) desbordan los espacios internos disponibles. “La noche pasada había 26 pacientes a la sala de espera y no tenemos suficientes boxes de urgencias. Es un estrés diario: cada día sabemos que no daremos el alcance”, explica la responsable sindical de SATSE en el centro.

La presión del verano y un hospital insuficiente

SATSE Girona recuerda que hace años que reclama más personal estructural, pero que los incrementos hechos hasta ahora han estado insuficientes. A esta falta se añade la limitación de infraestructuras: a pesar de escasas mejoras, el hospital es demasiado pequeño para dar respuesta a la demanda y todavía está pendiente la construcción de un nuevo centro.

El problema se agrava en verano, cuando la población de Palamós y su área de influencia se triplica. La media de edad de la población aumenta, puesto que las segundas residencias acogen personas grandes pluripatológicas que requieren más tiempo y dedicación al ser atendidos. “Los datos del invierno ya son tremendas, pero en verano empeoran mucho por el factor poblacional, que se nota”, señalan desde SATSE Girona.

Cierre de camas y consecuencias

La gestión de camas de este verano ha empeorado todavía más la situación. En julio no se produjeron los cierres de años anteriores, pero en agosto la dirección ha decidido clausurar 11 camas que estaban abiertos, incrementando la saturación y las esperas.

Las consecuencias son claras: desgaste constante de los profesionales y sufrimiento por los pacientes. El estrés y la saturación generan también un aumento de agresiones verbales de algunos usuarios que perciben las largas horas de espera como una desatención. “Hay personas que tienen un problema de base, y con la angustia y la incomodidad, explotan y llegan a gritar, amenazar o insultar los profesionales”, explican desde el sindicato.

El conjunto de sindicatos del Comité de Empresa ya alertó, a principios de julio, que el aumento de personal era insuficiente para hacer frente a la demanda asistencial. Ante la situación que se está viviendo a las urgencias, SATSE Girona concluye que las mejoras necesarias están claras: “más personal y recursos. No podemos continuar poniendo sobre las trabajadoras y los trabajadores una carga imposible de asumir”.