Notas de prensa
Politica sanitaria
Más recursos para garantizar una atención en salud mental realmente accesible en la población inmigrada
09.10.25 | Catalunya
El 10 de octubre se celebra el Día Mundial de la Salud Mental, que este año puerta por lema “Acceso a Servicios: Salud Mental en Contextos de Catástrofes y Emergencias”. Con motivo de esta jornada, el Sindicato de Enfermería SATSE Catalunya advierte que muchas personas inmigradas que han huido de conflictos bélicos, sociales o ecológicos, continúan sin acceder a una atención adecuada, quedándose literalmente fuera del sistema sanitario por carencia de vivienda, apoyo familiar y barreras idiomáticas.
“Muchas personas se pierden del sistema porque no tienen donde vivir, tampoco medios para comprar la medicación. Los atendemos a urgencias, intentamos tramitar la tarjeta sanitaria y buscar un recurso, pero la mayoría no vuelven y no hay un seguimiento”, explica el enfermero de salud mental Juanjo González, delegado de SATSE Tarragona a la Fundación Pere Mata de Tierras del Ebro.
El sindicato alerta que, a pesar de que los servicios públicos de salud mental están abiertos y son teóricamente accesibles, los obstáculos legales, sociales y comunicativos hacen que la continuidad asistencial en salud mental sea muy difícil.
Sobrecarga asistencial
SATSE Catalunya denuncia que los equipos de salud mental trabajan con una gran carga asistencial, con pocos recursos ágiles de interpretación y sin suficiente tiempo útil individualizado para atender una población cada vez más diversa y vulnerable. La tarea de comunicarse y escuchar al paciente, esencial en el ámbito de la salud mental, es muy difícil. “El trabajo a salud mental no se centra en técnicas o curas, sino más bien al escuchar, comprender y establecer vínculos con el usuario. Si no nos entendemos… no podemos hacer nada”, señala el mismo profesional.
El enfermero pone como ejemplo la diferencia vivida durante la crisis de Ucrania, cuando las personas desplazadas contaron con una red institucional y familiar de acogida, cosa que facilitó su atención sanitaria. En cambio, otros colectivos — que huyen de conflictos o problemas en otras zonas del mundo — afrontan un aislamiento mucho más grande y menos apoyo administrativo o social.
Fuera del sistema
Grande parte de estos usuarios sufren brotes psicóticos y trastornos adaptativos, que se presuponen consecuencia del consumo de sustancias tóxicas, y que son el que los lleva a urgencias, ya sea acompañados de la policía o por mandato judicial. “No hay manera de saber sí estas personas tienen un historial de patologías de salud mental antes de llegar a nuestro país, cosa que supone una dificultad añadida” explica González.
El enfermero afirma que todo y pasando por un ingreso hospitalario, una vez salen del centro, “es prácticamente imposible hacer el seguimiento, puesto que no tienen dirección o un entorno familiar que permita su localización”.
SATSE Catalunya recuerda que la salud mental no puede desvincularse de la cobertura de necesidades básicas como la vivienda, la alimentación o la seguridad, y exige a las administraciones un compromiso firme para reforzar los equipos de salud mental con más enfermeras especialistas, recursos idiomáticos y comunitarios. “Sin apoyo social ni continuidad asistencial, la recuperación es imposible. Ninguna persona habría de quedar fuera del sistema por habla otra lengua o vivir en la calle”, concluye el sindicato.
Departamento de Comunicación
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