Desarrollo profesional

Catalunya inicia el curso con un grave déficit: los centros públicos todavía sin enfermera escolar

La enfermera escolar, una pieza clave para la salud y el bienestar del alumnado. SATSE Cataluña reclama su incorporación a la plantilla del centro docente.
escola amb un grup de nens petits sense infermera escolar

Con el inicio del curso 2024-2025, en que se incorporan 1.610.346 alumnos en Catalunya, el Sindicato de Enfermería SATSE Catalunya denuncia que un años más los centros educativos públicos catalanes no cuentan con la figura de la enfermera escolar a sus plantillas.

El Sindicato afirma que profesionales, docentes y familiares están de acuerdo en que la enfermera “es una pieza clave por la formación y el desarrollo saludable de las personas durante la etapa formativa” 

El Sindicato alerta que los anuncios hechos el año pasado por los el anterios Departamentos de Enseñanza y de Salud, solo se referían a ampliar el número de centros incluidos al programa "Salud y Escuela”.

Una iniciativa que fue pionera en su tiempo, pero que tan solo prevé la visita de una enfermera dos horas en la semana, en vez de garantizar una enfermera en plantilla en todos los centros educativos. 



Un problema generalizado en la comunidad educativa 


Así, el retorno en las aulas en Catalunya se produce sin profesionales de enfermería dedicados exclusivamente al centro educativo, que puedan llevar a cabo tareas asistenciales, preventivas y formativas dentro de la escuela o instituto. 

Una encuesta reciente impulsada por SATSE al ámbito estatal, demuestra que la mayoría del profesorado, familias y alumnas consideran esencial la presencia de una enfermera escolar. Aun así, los gobiernos autonómicos de todo el Estado, incluyendo el catalán, siguen sin apostar decididamente por su implantación generalizada. 



Invertir en salud, ahorrar en futuro 


Desde SATSE Catalunya, se quiere insistir en que la inclusión de una enfermera escolar en la plantilla de cada centro, además de una cuestión de salud inmediata, es una inversión de futuro. La promoción de hábitos saludables y la educación para la salud que una enfermera puede ofrecer contribuyen al bienestar de los alumnos y reducen significativamente los gastos sanitarios a largo plazo, previniendo enfermedades y formando ciudadanos más conscientes de su salud. 

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