Igualdad

Enfermeras catalanas se manifiestan contra la discriminación y la brecha de género laboral

Las enfermeras denuncian estar hartas y discriminadas después de años de desinterés hacia sus problemas por parte de las administraciones públicas.

Enfermeras catalanas se han manifestado hoy, con motivo del Día Internacional de la Mujer, a las cuatro capitales catalanas, para reclamar un cambio estructural que reconozca adecuadamente su trabajo y que ponga fin a la discriminación laboral y profesional que sufren por el hecho de ser un colectivo mayoritariamente femenino.


Convocadas por el Sindicato de Enfermería, SATSE, las enfermeras se han concentrado en el Hospital del Valle de Hebrón, en el Hospital Arnau de Vilanova, en el Hospital Juan XXIII y en el Hospital Santa Caterina con mensajes que buscaban denunciar la situación de cansancio, desmotivación y desilusión que tienen por el desinterés de las administraciones públicas hacia su realidad.


Estas concentraciones han sido la culminación de las diferentes acciones de información, sensibilización y presión sindical que ha llevado a cabo SATSE, con motivo del Día de la Mujer, con el objetivo de generar conciencia sobre la realidad laboral de las enfermeras.


Las enfermeras han leído un manifiesto en las concentraciones en el cual se destaca la necesidad de que se valore y reconozca su esencial aportación a la sanidad y que su trabajo deje de ser despreciado e infravalorado. “Estamos hartas que nuestra formación, calificación y experiencia profesional no se reconozcan”, resaltaron.

Discriminación

Las protestas se han centrado en la discriminación que sufren desde hace años por el hecho de permanecer en el subgrupo A2. Una clasificación profesional que no está de acuerdo con la ordenación actual de los títulos universitarios y el desarrollo competencial experimentado por la profesión en los últimos años y que supone una importante brecha de género laboral y salarial.


La clasificación en un subgrupo inferior al otras titulaciones del mismo nivel, además de ser claramente discriminatorio, limita su crecimiento profesional y da lugar a prejuicios y estereotipos sobre la profesión enfermera. “Es imprescindible una clasificación profesional justa que refleje nuestra formación, competencias y responsabilidades actuales”, apuntaron.


Por eso, reclamaron al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que coordine los diferentes ministerios implicados en la reforma del Estatuto Básico del Empleado público (EBEP) y que las enfermeras se incluyan finalmente en un único Grupo A, sin subgrupos, dentro de la administración pública.

Esta clasificación profesional hará posible que las enfermeras tengan un trato equitativo con otras profesiones de igual nivel, oportunidades de crecimiento profesional y de acceso a lugares de gestión y liderazgo, y a una retribución salarial justa.

Perjuicios

También subrayaron que, aunque tendrían que haberse superado los roles sexistas, en la actualidad se continúa marginado a su profesión, para ser mayoritariamente femenina y dedicarse a las curas, a pesar de su importancia y necesidad dentro del sistema sanitario y en la sociedad.


Entre otras discriminaciones y perjuicios, destacaron la falta de reconocimiento a la dureza de su condiciones y riesgos laborales, cosa que impide poder acceder a la jubilación anticipada voluntaria; sufrir estereotipos sexistas; un mayor número de agresiones físicas y verbales, y dificultades de conciliación.

Se han hecho eco diferentes medios: